
Amigos en el aula
Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón (Hechos 2:46, versión Dios Habla Hoy online)
La iglesia cristiana del siglo primero estuvo fundada sobre la base del amor de Cristo y esto quedó demostrado en la unidad con que actuaban los primeros cristianos. Compartían todas sus cosas unos con otros y la alegría los caracterizaba, según se expresa en el versículo de inicio. El colegio es un lugar en el que existen oportunidades similares, y depende de cada uno que esa sea su experiencia.
Hacerse de amigos en la escuela es un desafío muy grande para algunos y es algo natural para otros, pero lo cierto es que todos anhelan ser aceptados, ser parte de un grupo mayor, tener amigos y poder disfrutar de esta etapa de la vida tan importante en el desarrollo humano.
Importancia de las amistades, según las etapas del desarrollo
- Infancia intermedia (6 a 11 años). Existe un aumento de la empatía y la conducta prosocial. Debido a esto, es un rango etario de gran relevancia para la enseñanza de valores como la amistad, el respeto por el otro y la integración de aquellos a los que les cuesta encajar con sus pares.
- Preadolescencia (12 a 14 años). Se inicia una etapa crucial para la formación de la identidad y el fortalecimiento de la autoestima. Generar lazos de amistad nutritivos y saludables aportará de manera positiva al desarrollo personal y social de quienes transitan en estos años.
- Adolescencia (15 a 19 años). El desarrollo cognitivo y emocional de los jóvenes les permite comprender de mejor manera las ideas de otros y querer compartirlas en lazos de amistad íntima y cercana. A su vez, se experimenta un aumento de conductas de riesgo (exposición a peligros en la integridad física, consumo de sustancias e inicio de las relaciones sexuales y embarazo adolescente). El diálogo y la confianza con los adultos más cercanos (padres y profesores) es significativo para orientar en este sentido y apoyar frente a las dificultades.
Teniendo en cuenta lo anterior, algunas ideas para:
- Las familias. Entregar a sus hijos valores como el respeto personal y hacia el otro, la integración, y la buena convivencia en casa, a través de relaciones positivas entre adultos y con los más pequeños.
- Los docentes. Generar grupos de trabajo con sus estudiantes, potenciar la integración y socialización en ambientes de confianza y dar énfasis a las competencias socioemocionales en todas las asignaturas.
- Los niños y jóvenes. Ser agentes activos en la construcción de espacios de juego y convivencia en donde primen la amistad, la cercanía, el respeto por los demás, un lenguaje y comportamiento que enriquezca a los otros y evite la discriminación y las ofensas.
- Toda la comunidad educativa. En general, buscar como mayor ejemplo de vida y amistad a Cristo Jesús, quien dijo:
“El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos” (Juan 15:13, versión DHH online).
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