Cómo superar la pérdida de una mascota

Tú, Señor, escuchas el deseo de los indefensos, les infundes aliento y atiendes a su clamor. Salmos 10:17, Nueva Versión Internacional online.

Los expertos señalan que en estados de depresión, estrés, duelo y aislamiento social, las mascotas se convierten en un acompañamiento incondicional, aumentando la autoestima, el sentido de responsabilidad, la seguridad y la integración social. Sin duda, para muchas personas las mascotas son parte de su familia y son sus dueños los únicos que pueden explicar qué sentimientos los unen a sus mascotas.

Debido a lo anterior, es que el fallecimiento de mascotas y el duelo posterior son experiencias complejas de enfretar para grandes y chicos. A continuación, posibles estrategias para atravesar estas situaciones:

• Desde el principio acepta y valida tus emociones. Sabemos que la experiencia de pérdida y duelo es única en cada persona. En la medida que avanza el tiempo, estas emociones irán variando y su intensidad disminuyendo, si todo marcha bien.
• Ora a Dios para expresarle lo que estás viviendo. Compartir momentos de oración puede traer paz y consuelo a tu aflicción. El Salmo 147:3 dice: “Él sana a los de corazón quebrantado y les venda sus heridas”.
• Si existen sentimientos de culpa respecto a la muerte de tu mascota, conversa con tu familia y trabajen para que la culpa no contamine los pensamientos, las emociones o incluso genere conductas de daño físico y mental. Es bueno racionalizar las verdaderas causas de su muerte, el proceso de envejecimiento natural y aceptar la voluntad de Dios, dador de la vida.
• Utiliza tu memoria para evocar los recuerdos bellos y su compañía todo el tiempo que estuvieron juntos.
• Si quieres realizar el rito de su sepultura, esto puede ser doloroso, pero es significativo e importante para los dueños y miembros de la familia, como parte de la experiencia de dolor y superación.

Creo personalmente que detrás de la existencia de los animales -sobre todos los domésticos-, hay un propósito mayor de parte de Dios, quien demuestra su infinito amor a través de ellos y es el único que puede traer consuelo y paz luego de su partida.