La neuroeducación y la Biblia
«Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes». Filipenses 4:9.
La neuroeducación es la disciplina que estudia el funcionamiento del cerebro durante el proceso de enseñanza-aprendizaje: integra las ciencias de la educación y las neurociencias en busca de mejores aprendizajes y métodos de enseñanza a través de la comprensión del desarrollo del cerebro humano.
En este sentido, la comprensión del desarrollo cerebral es una clave para saber cómo generar aprendizajes significativos. Para buscar este tipo de aprendizaje hay que propiciar emociones positivas, de esta manera se asociará la experiencia de aprender con el bienestar y la satisfacción.
Principios neuroeducativos
A continuación presento algunos principios de la neuroeducación como claves importantes para la práctica educativa en el hogar y en la escuela.
- Las emociones matizan el funcionamiento del cerebro: el estrés provoca un impacto negativo e impide el aprendizaje; por su parte, las emociones positivas lo potencian.
- El cerebro y el cuerpo aprenden de forma integrada. El movimiento y el ejercicio mejoran las habilidades cognitivas y ayudan en la formación, recuperación y fortalecimiento neuronal.
- Los aprendizajes incrementan cuando existe motivación, curiosidad y/o desafíos y se inhiben cuando hay amenazas.
- El desarrollo del cerebro está bajo influencias genéticas y ambientales, por lo que es importante un entorno enriquecido, donde se cuiden los factores nutricionales, se destine el tiempo correcto a descansar y dormir, el ambiente sociocultural sea estimulante y las emociones sean positivas.
La Biblia y la educación
Del capítulo 6 del libro bíblico de Deuteronomio se pueden extraer principios para la educación que dejó Dios para toda la familia humana.
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes… y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”. Deuteronomio 6:6-9.
El buen ejemplo y las buenas relaciones personales son dos puntos principales en la educación para esta vida y la venidera. Primero Dios, en el corazón de los padres, luego los padres como representantes de Dios ante los hijos. Los hijos observando la conducta de los padres y aprendiendo de ellos en todas las actividades del día a día. El texto es claro en señalar que los padres y los hijos deben pasar tiempo juntos.
Si Dios está en el corazón de los padres y estos pasan tiempo juntos con sus hijos, esto generará un entorno enriquecido con emociones positivas, será un espacio de aprendizaje social y de expresión de emociones, de vínculos significativos y desarrollo cognitivo a través de las enseñanzas de la Biblia y de la naturaleza, lo que despertará la curiosidad y el entusiasmo a personas de todas las edades.
La neuroeducación es un tema muy amplio y la sabiduría de Dios en la Biblia es insondable. La invitación para padres y maestros es a profundizar en estos temas y utilizar todas las herramientas que ayuden al crecimiento integral de todos los niños, jóvenes y estudiantes.
Dios les bendiga en su invaluable labor.
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