Ambiente VIP
Por Andreane Uberti Pereira de Gaspar, psicopedagoga en instituciones educativas de la Unión Uruguaya.
Nuestro desafío es proporcionar un ambiente donde el estudiante tenga el deseo y el placer de estar.
“¡Esto es vida!” Esa suele ser la expresión de mis hijos cuando llegan a un ambiente agradable, donde tienen las comodidades que necesitan y una atención especial. Generalmente, cuando tomamos unos días de descanso y viajamos, hacemos todo lo posible para conseguir un lugar cómodo y placentero, donde el personal del establecimiento esté atento a nuestras necesidades. Algunos aeropuertos cuentan con un salón especial, llamado Sala VIP, donde el pasajero puede descansar y servirse un refrigerio. La sigla VIP significa «Persona Muy Importante» (en inglés Very Important People). Como docentes, tenemos la responsabilidad de hacer del salón de clases ese lugar ideal para nuestros estudiantes. El objetivo de este artículo es analizar cómo podemos transformar nuestras clases en un ambiente especial.
Podemos abordar diferentes factores que influyen en el ambiente de aprendizaje, pero mencionaremos solamente tres que se relacionan directamente con el docente. Hay variables que el docente no puede manejar, como por ejemplo, la ubicación del salón de clases, la cantidad de estudiantes o colegas docentes y directivos. Sin embargo, el docente siempre podrá transformar su espacio y entorno, creando un ambiente cálido y agradable, donde todos quieran estar.
- Organización. Lewis Carroll, autor de Alicia en el país de las maravillas, expresó: “Si no sabes a dónde vas, ¡cualquier camino te servirá!”. Cuando decides organizar tus clases con antelación, lo haces pensando en tus alumnos. Tendrás tiempo de pensar en la diversidad de tu clase, en los materiales que necesitas adquirir o preparar, dónde buscar más información y actividades adecuadas. Deberás unir los contenidos en los diferentes cursos para que tus clases tengan más coherencia. Programar con tiempo también te dará la oportunidad de evaluar cuán efectiva ha sido tu clase. Como resultado, podrás proyectar nuevos espacios de enseñanza y aprendizaje. Disfruta de la organización, no improvises.
- Contenido. Favorece la participación activa de todos en el aprendizaje, contempla la construcción de los saberes personales y colectivos, toma en cuenta la interacción y la convivencia de los alumnos. Cada persona es diferente. El docente debe adaptar los métodos para responder a esas diferencias. Evaluar y autoevaluarse al final de la jornada escolar te ayudará a analizar si estás cumpliendo con el objetivo de brindar una educación cristiana de la mejor calidad posible.
- Presentación. Es la cereza de la torta. Tu presentación como docente influye positiva o negativamente en el aprendizaje. Algunas preguntas: ¿Cómo te relacionas con los estudiantes? ¿Sienten que estás sinceramente interesado en ellos y en su aprendizaje? ¿Cómo consigues llamar su atención? ¿Utilizas un tono de voz adecuado? ¿Cómo los tratas cuando incumplen alguna tarea asignada? La Palabra de Dios, el libro de cabecera de todo docente cristiano, incluye la conocida Regla de Oro: ¿Tratas a tus estudiantes de la misma manera como te gustaría que te traten? ¿Tratas al resto de la comunidad educativa -colegas docentes, personal de la institución, padres- de la misma manera que deseas ser tratado?
Cada día se nos presenta una gran oportunidad para influir positivamente en el ambiente de nuestros alumnos. El viaje del año escolar será largo. ¿Qué decides hacer hoy?
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