El estrés de la docencia en cuarentena
Un proyecto reciente, titulado “Estresores y desgaste profesional docente en tiempos de pandemia”, desarrollado por investigadoras del Instituto de Educación Superior N° 9-027 (Guaymallén, Mendoza) y del CONICET, encuestó a más de 7.500 docentes argentinos de todos los niveles educativos, llegando a la conclusión de que el 62,3% experimenta niveles elevados de estrés, relacionados con la profesión y el confinamiento.
Establecer una rutina eficiente
Regular las autoexigencias y el perfeccionismo
Detenga las creencias derrotistas. Evite pensamientos del tipo «Soy un pésimo docente o un mal progenitor». No pretenda tener todo y siempre en perfecto orden. Delegue tareas y ayúdense unos a otros. Evite juzgarse y compararse con lo que hacen otras personas en situaciones similares. Elimine las presiones sin sentido y no se castigue por no poder ser la versión más exitosa de sí mismo en este tiempo de extrema complejidad.
Buscar apoyo social estratégico
El aislamiento físico no tiene por qué ser sinónimo de soledad. Manténgase conectado con aquellos que puedan brindarle afecto, contención y empatía. Procure también apoyo instrumental que le permita solucionar problemas laborales, conocer nuevos métodos y técnicas para cumplir sus objetivos. La comunicación periódica con los colegas funciona. Transmita sus dudas a los directivos, emita su opinión, trabaje seguro y comprometido. Conviértase en una fuente de apoyo para otros, la solidaridad es una poderosa fuente de bienestar personal.
Regular las emociones
El bienestar y la felicidad dependen de un adecuado equilibrio afectivo. Modere la intensidad, frecuencia y forma de expresar las emociones, pero no las inhiba, son parte importante de este proceso. Concéntrese en lo que ha podido hacer bien durante el aislamiento temporal. Esto ayudará a disminuir la sensación de agobio y ansiedad. Intente serenarse; los ejercicios de relajación, las respiraciones profundas y la oración resultan muy útiles. Una buena charla, una lectura inspiradora, una canción favorita pueden aumentar la experiencia de emociones positivas y amortiguar el impacto de las experiencias negativas, mejorando su balance emocional.
Mantener un estilo de vida saludable
Organice una rutina de ejercicios simples para contrarrestar el sedentarismo y liberar endorfinas. El 60% de los docentes informaron sentir molestias en la zona lumbar. Intente hacer estiramientos prolongados que descontracturen la espalda y el cuello. Hidrátese antes y después de realizar actividad física, bebiendo 2 o más litros de agua por día. Trate de evitar el “picoteo” entre las comidas, disminuya el consumo de azúcares y bebidas estimulantes. Consuma frutas y vegetales para fortalecer el sistema inmune. Acuéstese temprano y duerma por lo menos las 8 horas recomendadas.
Fortalecer la confianza en Dios
Comience cada día depositando su confianza en Dios. Dígale lo que le preocupa y pídale fuerzas para enfrentar las presiones que vendrán, sabiduría para tomar buenas decisiones y paciencia para manejar las situaciones que se salgan de control. Reflexione en párrafos como el siguiente:
“En el camino que conduce a la ciudad de Dios, no hay dificultades que no puedan vencer quienes en él confían… Dios no nos exige que venzamos con nuestras propias fuerzas. Nos invita a que nos pongamos muy junto a él. Cualesquiera que sean las dificultades que nos abrumen y que opriman alma y cuerpo, Dios aguarda para libertarnos. El que se humanó sabe simpatizar con los padecimientos de la humanidad. No sólo conoce Cristo a cada alma, así como sus necesidades y pruebas particulares, sino que conoce todas las circunstancias que irritan el espíritu y lo dejan perplejo. Tiende su mano con compasión a todo hijo de Dios que sufre. Los que más padecen reciben mayor medida de su simpatía y compasión. Le conmueven nuestros achaques y desea que depongamos a sus pies nuestras congojas y nuestros dolores, y que allí los dejemos.” Elena de White, El ministerio de curación, pp. 192-193. (Leer versión online en su contexto).
Solicitar ayuda profesional
Si siente que las presiones desbordan su capacidad de resistencia y que ya no tiene vitalidad para intentar posibles soluciones; o si no ha llegado a este punto, pero quiere recibir más orientaciones para saber cómo evitarlo, le recomendamos buscar ayuda profesional. Hay numerosas ofertas de atención psicológica a las que puede acceder desde su casa, con la computadora o el celular. Facilitamos algunos contactos adicionales, promovidos por psicólogos adventistas, que podrían resultar de utilidad.
Tomado con autorización de “Estresores y desgaste profesional docente en tiempos de pandemia. Sugerencias preliminares para su prevención y abordaje”, por Natalia Vargas Rubilar y Laura B. Oros.
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