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Más allá de las responsabilidades

Más allá de las responsabilidades

A lo largo de la profesión que elegimos, como psicopedagogos atendemos diversos casos de dificultades de aprendizaje, ya sean específicas o no específicas. El meollo de las dificultades de aprendizaje no específicas (relacionadas con el bajo rendimiento escolar y asociadas con otros problemas como baja autoestima, frustración y desmotivación) es la falta de afecto, estrés, miedo o maltrato que puede ocurrir en los hogares, generando desasosiego en los hijos.

Los momentos por los que atravesamos con el panorama de la pandemia COVID-19 se tornan más difíciles y complicados para muchas familias y más aún si son hogares donde prima el malestar emocional, donde los hijos son los más afectados.

Está en nuestras manos el brindar a nuestros hijos la mejor estadía de bienestar y seguridad en nuestros hogares. Por lo tanto, tú puedes dar “más allá de las responsabilidades…” que tienes como líder, como educador, como padre o como madre.

La escritora Elena de White señala:

“… mediante el esfuerzo fiel, la vigilancia y la oración, adquieran la sabiduría de origen celestial. Esto les dará una educación equilibrada. Así podrán crecer en carácter, y adquirir una influencia sobre otras mentes, que les capacitará para dirigirlas por el sendero de la justicia y la santidad” (White, Palabras de vida del gran Maestro, edición online).

Solo en nuestro Dios podremos obtener la sabiduría para alcanzar los objetivos de bienestar integral en nuestra familia.

Por lo tanto, es importante sentirse seguros, mantener rutinas saludables y fomentar la resiliencia. ¿Cómo?

  • Mantenga una comunicación asertiva, escuchando a la pareja, a los hijos y expresando sus pensamientos de una forma clara, adecuada y amable.
  • Dependa diariamente de Dios volcando sus preocupaciones en oración ferviente.
    Estructure el día. Con el cambio en las rutinas habituales, establezca horarios diarios nuevos. Esto hará que la convivencia familiar sea más amena.
  • Realice juegos recreativos con toda la familia. Las actividades recreativas fortalecerán las relaciones fraternas y generarán lazos de confianza. Además, reducirán los niveles de estrés en los padres y los hijos.
  • Cuide de sí mismo. Como líderes educadores y padres también deben cerciorarse de tomar tiempo para cuidarse a sí mismos físicamente: comer sano, hacer ejercicio y dormir lo suficiente.
  • Procure el cuidado de los otros miembros de su familia. Transmita y contagie principios sanos de alimentación, ejercicio y descanso.

En Juan 16:33 se nos recuerda:

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.

Que esta promesa sea la esperanza para enfrentar positivamente cada una de las pruebas que se atravesarán en nuestro camino, fijando los ojos en Jesús quien nos ama y desea estar pronto con nosotros.

 

Por Claudia Calderón García

Educación Adventista Sudamérica

Red de instituciones educativas adventistas en Sudamérica.

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