El futuro de tu familia está en tu boca
Las palabras ejercen un poder incalculable en la vida de cada integrante del hogar. Con certeza cada palabra dicha influirá con mucha fuerza en la vida de nuestros hijos. Es por ello que comparto tres acciones fundamentales para poder tener una comunicación afectiva y efectiva dentro de nuestros hogares:
- Transmitir un mensaje. Los padres debemos motivar a que nuestros hijos expresen sus ideas y opiniones en primera persona: «yo siento», «yo creo», «yo pienso» y «yo opino».
- Muestras de cariño. Los líderes de cada hogar podemos promover acciones afectivas y efectivas en las interacciones familiares, como por ejemplo: conectar la mirada, toque en la espalda, sostener las manos, ponerse al mismo nivel físico de los hijos, mirarlos a los ojos. Es fundamental brindar abrazos y besos. Siempre es bueno decir: «Te amo y eres muy importante para mí», «Estaré contigo de manera incondicional y como familia estaremos unidos».
- Aceptar emociones. Papá y mamá no deben invalidar ni minimizar las emociones del otro, sino aceptar sus sentimientos y respetarlos.
Los animo a ser cuidadosos con los enemigos de la comunicación. Eviten decir amenazas, mentiras, o interrumpir cuando otro habla. No humillemos, desterremos la crítica destructiva y evitemos ser sarcásticos.
Y ahora… ¿Cómo mejoro la comunicación en mi familia? A continuación, comparto los siguientes tips:
- Elige un lugar tranquilo y apartado para dialogar con tu esposo/a y con tus hijos.
- Escucha atentamente, muéstrate interesado de forma real.
- Enseña con el ejemplo, recuerda que lo que haces tiene mayor fuerza que aquello que dices.
- Muéstrate disponible, cercano, solícito y servicial.
- No minimices lo que tu cónyuge o hijo siente, eso debe movilizarte para actuar de algún modo.
- Demuestra empatía. Piensa: ¿Cómo me sentiría si me pasara eso a mí? ¿Qué espero de los otros? ¿Cómo puedo ayudar?
No dejes de dialogar en cada una de tus relaciones familiares. Fomenta en ti y en ellos la comunicación. Esto influirá en tu futuro y en el futuro de los que amas, pues con palabras constructivas que corrigen, animan y motivan dejarás bonitas huellas en cada corazón de tu familia.
¡No se guarden las cosas que les molestan, convérsenlas y trabajen juntos para superarlas!
Procura que tu palabra sea «siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder» (Colosenses 4:6, RVR 1960 online).
No olvides que «La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor» (Proverbios 15:1, RVR 1960 online)
Felizmente tenemos un Dios muy comunicador, que nos habla mediante su palabra.
Ánimo, ¡nuestro Padre Celestial nos enseña a construir con las palabras que decimos, coloca tu vida e influencia en sus manos amorosas!
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